A la salida de Los Alcázares, no estábamos muy seguros de hacer la subida del Garruchal, pero al llegar al cruce, como buenos sufridores, comentamos: “vamos a subir suavito, y todos agrupados y charlando iniciamos la ascensión, pero, casi al final, Ignacio se dispone a sufrir un poco y toma la cabeza aumentando el ritmo, pero como siempre, Benedicto como buen carnicero intentó dar el hachazo pero Javi rápidamente neutralizó su sprint. Muchos ciclistas por la zona, hicimos una pausa, barrita, la foto de rigor y “carretera y manta”
Un saludo a todos y muchas gracias por vuestra presencia en este rincón del ciclismo mas autentico del Mar Menor.